lunes, 9 de febrero de 2009

Me gustaria conocerlos

Tengo la oportunidad de viajar constantemente. Carros, buses, metros, trenes, aviones, burros, pies y ocasionalmente en las espaldas de alguna persona, aunque sea por solo unos segundos. La última vez que viaje en metro, en el vagón sonaba una música de fondo. No le preste mucha atención pues estaba inmiscuido en otros asuntos más importantes, aplicando mi mente a buscar diferentes soluciones a problemas impelentes. De repente mi atención cambio de estar fija en mi propio pensamiento a las melodías, que emitían los altavoces. El sonido estaba trastornado, ya sea por el uso constante y rudo de la bocina o por el nivel de volumen al cual estaban fijados. Sonaba la voz de un conocido cantante mexicano, por lo menos hace algunos años, describiendo el ritmo y la excelencia de una llamada Juana la cubana. Según el cantante ella bailaba sabrosamente, en sus propias palabras. Se nos hacia la invitación para verla bailar y degustar de su ritmo, que al parecer tenía un sabor parecido al jugo de manzana. -¿Sera una buena tipa, esa Juana?- me pregunte. -Sería bueno recibir unas lecciones de baile de su parte, pues si es tan excelente como dicen tendrá algunos buenos pasos de baile- Seguí divagando en mi propio pensamiento cuando otra canción, igualmente prolífica inicio a sonar. Se describía la relación amorosa, o por lo menos la obsesión de parte de hombre por una mujer que vestía un moño de color rojo. -La del moño colorado, me trae todo el día mareado- expresaba el vocalista, seguido por el interludio musical conocido por tantos, por lo menos del pueblo mexicano. -¿Sabrá la chica del moño que esta mareando a tanta gente?- Finalmente, una última canción sonó en el vagón. Se describía a un joven que también, como Juana, tenia dones de movimiento y coordinación. Se llamaba Sergio, y al parecer le hacía honor a su profesión o pasatiempo pues le conocían como el bailador. Algo tenían en común los tres, todos, aparentemente, eran conocidos y reverenciados, tal vez muy populares. -Me gustaría conocerlos- me dije. -¿Qué opinión tendrán de sí mismos? ¿Serán felices?- Me encontraba filosofando acerca de estos tres caracteres. Todas estas canciones están escritas desde un tercer punto de vista. ¿Cómo cambiaria la historia si ellos la escribieran por si solos? ¿Qué tal si cada uno tuviera la oportunidad de escribir su propia canción? Tal vez no estarían tan llenos de felicidad, tal vez no transmitirían ese sentimiento de satisfacción. La última pregunta que me hice, pues me encontraba en camino a mi iglesia con una disposición evangelistica, fue -¿Como cambiaria la canción si Juana, Sergio y la chica del moño conocieran a Jesús? Sería lo mismo, supongo que no. Me gustaría conocerlos. Me gustaría presentarles a Jesús. Me gustaría que lo conozcan.

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